La Revolución de Chuquisaca fue el levantamiento popular ocurrido el 25 de mayo de 1809 en la ciudad de Chuquisaca, perteneciente al Virreinato del Río de la Plata. La Real Audiencia de Charcas, con el apoyo del claustro universitario y sectores independentistas, destituyeron al gobernador y formaron una junta de gobierno, resultando en el primer Grito Libertario de América.
Un departamento tan representativo para el país y la región no merece un festejo pequeño. Por eso, con nuestro toque gastronómico, hoy queremos presentarte alimentos y bebidas destacados que se producen en este lugar para que los conozcas y no dudes en probarlos cuando tengas oportunidad de visitarlo.
Ají de Padilla
Sin duda alguna, los ajíes nativos han estado presentes en la vida de los bolivianos aportando emblemáticamente la gastronomía, la cual presenta una diversidad de platillos y preparaciones donde se toman como protagonistas y hacen parte de la identidad cultural del país.
Cabe resaltar que Chuquisaca produce el 84% de la producción nacional de ají. En esta ocasión te presentamos ocho variedades que nos ofrece este mágico lugar:
Variedades del ají rojo
- Chicotillo
- Punta de Lanza
- Huacareteño
- Asta de Toro
- Ají rojo de San Julián
Variedades de ají amarillo
- Asta de Toro amarillo
- Asta de Toro anaranjado
- Huacareteño amarillo
Y por si preguntas, se afirma que el ají Chicotillo se caracteriza por ser uno de los ajíes más picantes que se producen en esta región. Se identifica fácilmente, ya que tiene una forma alargada y un color rojizo intenso. Si prefieres algo menos de picor, puedes escoger el Punta de Lanza y el Huacareteño, pero si prefieres algo más dulce para tu preparación, el Asta de Toro y el ají rojo de San Julián son los indicados.
Como dato curioso, el ají chuquisaqueño, recibió la Denominación de Protección de Origen, de parte el Servicio Nacional de Propiedad Intelectual (Senapi) el 11 de marzo de 2014. Tal denominación tiene como objetivo “proteger legalmente a ciertos alimentos que se producen en determinadas zonas de posibles apropiaciones de productores de otras áreas que intenten aprovechar el buen nombre de estos”.
Hongos de Pisily
Se dice que el descubrimiento de estas plantaciones de hongos comenzó como un proyecto universitario para reforestar los cerros de la comunidad indígena de Pisily, lo que resultó en la idea de los habitantes de plantar pinos en el lugar. Así, sin pensarlo, estos árboles darían vida a la aparición de setas comestibles que crecen bajo su sombra.
El día de hoy y gracias al descubrimiento, estos alimentos representan el sustento económico de una gran cantidad de familias de la nación Yampara. Así, la reproducción de este ingrediente consta de lo siguiente:
“Aunque inicialmente las setas aparecían alrededor de los pinos sin una planificación previa, hoy se propicia una simbiosis entre el pino y el hongo cuando el plantín aún está en el vivero. Una vez trasplantado el pino, se espera entre tres o cuatro años para que los hongos comestibles estén listos para la primera cosecha. A partir de entonces se puede realizar entre tres y cuatro cosechas al año, dependerá de la lluvia” retrata Página Siete.
Los productores de este lugar llaman a los hongos “la carne del bosque”, nombre atribuido debido a su versatilidad y habilidad de reemplazar tanto carne de vaca como de pollo en diversas preparaciones. Además, afirman que es bastante beneficiosa para la salud de quien los consuma.
Si tenías dudas ente este hecho, déjanos contarte que entre las propiedades nutricionales generales de los hongos comestibles se encuentra la fibra alimentaria, vitaminas (D, B3, B2, B12 y B5; algunas especies contienen vitamina A), minerales (potasio, fósforo, selenio y cobre), proteína, entre otros.
El maravilloso Camargo
Camargo fue conocida anteriormente con los nombres de Pazpaya y Villa Santiago. El nombre de Camargo se debe al guerrillero José Vicente Camargo, quien combatió varias batallas en diferentes pueblos de la región actual de Cinti, como Tacaquira, Palca Grande, Culpina, Incahuasi y Santa Elena desde 1814 hasta el 3 de abril de 1816, día en que fue decapitado y ejecutado junto a sus guerrilleros por Buenaventura Centeno.
Este lugar es reconocido como la capital vitivinícola de Bolivia, del sol y el buen vino y tienen mucha razón. En el pasado, su actividad más importante consistía en la fruticultura (fruta de la mejor calidad, como las diversas variedades de uvas, duraznos, manzanas, brevas, higos, ciruelas, membrillos, peras, albarillos, frutillas y toda la gama de hortalizas) y la elaboración de vinos y singanis. Ahora, estas se presentan diversificadas y acompañadas del turismo que genera el sitio.
El singani es originario de la zona de los valles y es el principal ingrediente en muchos cócteles tradicionales bolivianos, como el Chuflay, Poncho Negro y el Yungueñito. Se dice que ciertos monjes españoles, principales cultivadores de la vid, dieron origen a esta bebida en una finca de nombre “Singani” o “Sinkani”, de donde tomó su nombre. Por otro lado, se dice que las primeras cepas de vid fueron plantadas en la Viña de San Pedro Mártir, en el Valle de Cinti, que corresponden a Chuquisaca y Tarija.
Por otra parte, San Pedro, ubicada en Camargo, es considerada la primera bodega de Bolivia, donde se produce el singani San Pedro con métodos que emplearon los primeros misioneros que llegaron al país durante la colonia. Así mismo, con un método diferente se fabricaría luego el vino, comenzando la historia de esta bebida en nuestro país.
¿Sorprendido? Esperamos que hayas conocido un poco más de la producción chuquisaqueña y que recordando esta fecha tan importante, igualmente te hayas sentido orgulloso de nuestra historia.
¡Que viva la Revolución de Chuquisaca y que viva también su gastronomía!
Fuentes: Página Siete, Correo del Sur, Vinos de Bolivia