El pasado 12 de agosto se presentaron dos publicaciones realizadas en alianza por Slow Food y el proyecto Swiss Network for International Studies (SNIS), ‘Con aroma a sultana: recetario y ruta de la sultana’ y ‘La sultana: buenas prácticas y otras curiosidades’ son dos textos que ayudarán a la revalorización de la sultana.
Con la intención de aportar y rescatar los alimentos buenos, limpios y justos, presentes en la memoria de nuestras generaciones pasadas, el recetario ofrece recetas variadas: desde la preparación clásica de la sultana como se la consume en los Yungas hasta platos elaborados como postres, helados y salsas. El manual de buenas prácticas será de gran utilidad para productores y consumidores de café
La sultana no es más que la capa exterior de la cereza del café, es decir, la cáscara, la cual es considerada por lo general un producto de deshecho utilizado a veces como abono, ya que cuenta con un alto contenido de nitrógeno, pero en diversos sitios se seca y se utiliza para elaborar una infusión.
En Bolivia, antes considerada como “té de pobres” se la prepara tostando ligeramente la cáscara y se mezcla con canela, clavo de olor y azúcar, y es consumida como una infusión caliente. Ahora es cada vez más común encontrarla en los menús de cafés de moda o incluida como ingrediente nuevo en restaurantes vanguardistas.
El consumo de sultana ayuda a la sostenibilidad de la producción de café, ¿lo sabías? ¿Es la sultana parte de tu alimentación cotidiana?