Dentro de muchas iniciativas para eliminar o disminuir el uso de bolsas de plástico, en esta ocasión te presentamos esta, la cual surgió de Kevin Kumala, un biólogo indonesio ahora comprometido con el cuidado del medio ambiente por medio de este invento.
Su idea nació a partir de la vuelta a su ciudad natal Bali en 2009, luego de vivir durante diez años en Estados Unidos. Lo que sucedió fue que, al visitar las playas en este lugar, vivió una experiencia desagradable: el mar se había convertido en un depósito de plástico, este se encontraba por doquier.
Kumala expresó que se encontraba con estos agentes en todas partes en las visitas que hacía a estas playas con intención de surfear o bucear, convirtiendo su vivencia en una triste y nada placentera. Gracias a esto, el científico comenzó a trabajar en una solución ante el problema y reunió sus esfuerzos y conocimientos en encontrar un reemplazo para las bolsas de plástico, las cuales, como dato importante, pueden tardar hasta 300 años en biodegradarse.
Tras un largo tiempo de búsqueda e investigación, el científico encontró lo que estaba buscando nada más y nada menos que en un tubérculo abundante en Indonesia: la yuca. Te preguntarás cómo esto puede ser posible, pues te contamos que Kumala utilizó el almidón de esta planta y con este replicó el proceso que se utiliza para fabricar bolsas convencionales.
Incluso, se describe que esto logra funcionar utilizando las mismas herramientas: una máquina de moldeo por soplado, una máquina de corte y una máquina de sellado.
Pese a que el precio de cada bolsa es de cinco centavos de dólar (aproximadamente Bs. 0,35), siendo entonces más del doble de lo que costaría una de plástico normal -por lo menos en otros países-, los beneficios que esta alternativa ofrece valen cada centavo. Estas bolsas de yuca pueden convertirse en compost en menos de 100 días y, además, se disuelven en minutos en agua caliente.
Por otra parte, es fundamental mencionar que esta alternativa resulta ser incluso menos perjudicial que otras que se han presentado a lo largo del tiempo. Esto se debe a que para su creación no se necesita de ningún tipo de aceite y resulta ser totalmente orgánico y sostenible. Incluso, si estas llegaran al mar, se convertirían en alimento para nada dañino para los peces.
Si tienes curiosidad sobre estos datos, un video de Kumala bebiendo una bolsa disuelta en agua se ha hizo viral en YouTube (te dejamos el video para que lo veas tú mismo).
Este invento no se quedó simplemente en una idea ya que, en 2014, el indonesio y su socio Daniel Rosenqvist fundaron Avani Eco y abrieron una fábrica amigable con el medio ambiente. Esta compañía produce otros productos como ser: envases desechables para comida hechos de caña de azúcar y bombillas para beber hechas a base de almidón de maíz que se biodegradan rápido y no dejan residuos tóxicos.
¡Maravilloso! Estas noticias son las que nos encanta escuchar, ya que además de descubrir nuevas iniciativas que pueden hacer del mundo uno mucho mejor, nos alientan a también ser parte de esto y ayudar a nuestro planeta desde nuestro lugar.
Ser consciente de problema que enfrentamos es importante: cada año, según National Geographic, ocho millones de toneladas de plástico acaban en el océano, ¿te imaginas? Lo mejor que podemos hacer es contribuir, utiliza la menor cantidad de plástico posible. Elige productos que sean amigables con el medio ambiente y si tienes la posibilidad, reemplaza el plástico por alternativas ecológicas que tengas a mayor alcance.
No es nada difícil, seamos parte del cambio y ya no más del problema.