Té, infusión, tisana y decocción ¿cuál es la diferencia?

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Creas o no, la diferencia entre estos dos métodos existe por más de que sea pequeña, una vez que las conozcas no volverás a confundirlas. Esta confusión presente en la mayoría de los casos es bastante comprensible, ya que sus resultados son muy similares, pero al mismo tiempo distintos. 

Estamos seguros de que probaste al menos una vez cada uno de ellos, pero pudiste equivocarte al llamarlos por su nombre y para eso estamos hoy contigo, para explicarte en qué consisten exactamente:

Infusión

Infusión de tomillo - Foto: Peque Recetas
Infusión de Tomillo

Uno de los más comunes. Este método se genera a partir del agua muy caliente –pero que aún no ha alcanzado el punto de ebullición-, que se vierte sobre hojas, frutos y/o flores secas de una planta. Luego, se la deja reposar tapada durante algunos minutos para favorecer la extracción de los principios activos de la planta que estemos infusionando; por último, filtramos. 

Como verás, una de las características más notorias de la infusión es que el agua no haya comenzado a hervir. Esto tiene una razón y es que si vertemos el líquido a una temperatura demasiado elevada esta puede alterar las características de ciertas plantas, sobre todo, cuando se emplean las partes más delicadas como las flores. 

Estas preparaciones pueden consumirse tanto frías como calientes, tomarse solas o incluso con leche. Los ingredientes que más se suelen infusionar son: la manzanilla, tila, hierbabuena, valeriana, anís, café (increíblemente) y té, entre otros.

 Té

Té negro : Foto: Hola Doctor
Té negro

Esta es una denominación un poco más exclusiva, en realidad solo existen cuatro tipos de té: rojo, verde, blanco y negro. Y esto se debe a que un té solamente puede ser llamado así si nos estamos refiriendo a la bebida resultante de infusionar las hojas y los brotes de la planta Camellia Sinensis

Si bien tienen en común el origen de la planta, representan distintas propiedades y características, dependiendo del método de secado o fermentación al que hayan sido sometidos. Entonces, podríamos concluir en que todos los tés son infusiones, pero no todas las infusiones son té. 

Tisana

Tisana de flores de bugambilia - Foto: Kiwilimón
Tisana de flores de bugambilia

Podría decirse que este método es en cierto modo, contrario a la infusión. Según el Diccionario de la Lengua Española, una tisana es entendida como una “bebida medicinal que resulta del cocimiento ligero de una o varias hierbas y otros ingredientes en agua”. Entonces, contrario a una infusión, cuando preparamos una tisana debemos dejar que las hojas hiervan durante unos pocos minutos en el agua para que la misma interactúe con los principios activos de la planta que hayas elegido. 

En este método, habitualmente se emplean diversas hierbas o plantas en la misma elaboración. Pueden estar involucradas flores, hojas, raíces, bayas y hasta semillas de plantas comestibles. Además, estas se caracterizan por poseer propiedades curativas, calmantes, digestivas, estimulantes, laxantes, etc., pero claro, también pueden ser puro gusto.

Decocción

Decocción - Foto: La Huertina de Toni
Decocción

Este procedimiento es muy parecido al anterior, pero en este caso, es utilizado en su mayoría para raíces, rizomas o cortezas, las partes más duras de la planta. No obstante, las decocciones, o también llamados cocimientos, utilizan una mayor cantidad de los elementos vegetales que una infusión: se le agregan entre unos 30-50 g por litro de agua.

Por último, el tiempo igualmente se incrementa. Al ser secciones más duras, una vez que el preparado llegue al punto de ebullición, generalmente se debe dejar hervir el ingrediente durante 30 minutos.

¿Qué te parecieron las diferencias? Ahora son mucho más notorias, ¿verdad? Siempre es bueno aclarar algunas dudas y ahora que tú estás bien informado, puedes hacer uso de estos términos de una manera adecuada.

¿Cuál es tu método favorito? 

Fuentes: Hostelería Salamanca, Organicus

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