La manzana, un fruto reconocido en prácticamente todo el mundo, es un gran elemento para nuestra dieta, pues posee diversas cualidades que la hacen beneficiosa para la salud, además de que es bastante versátil en la cocina. Con ella, aprovechando sus beneficios puedes crear preparaciones increíbles a las que aporta su toque dulce y refrescante.
Sin embargo, este ingrediente contiene diversas variantes que se reconocen sobre todo por su color, diferenciándose cada una por sus propiedades y usos recomendables. Si bien el interior es prácticamente el mismo, su cáscara es la que se apega a estas diferencias.
Las manzanas en general son muy recomendadas por su gran aporte de agua, que representa alrededor del 85%, por lo que se convierte en un alimento muy refrescante e hidratante para el cuerpo. Además, siempre es importante resaltar que los azúcares que contiene son en mayor proporción fructosa (el azúcar natural de la fruta), y en menor glucosa y sacarosa, azúcares de rápida asimilación en el organismo.
Además, son ricas en antioxidantes y poseen una gran cantidad de Vitamina E y Vitamina C. No debemos olvidar que también son ricas en fibra, por lo que contribuyen al buen tránsito intestinal y, en su contenido mineral hay que destacar su gran aporte de potasio y el hierro, lo que las hace una fruta apta para todo tipo de personas.
Te preguntarás, ¿qué tiene que ver el color? Pues en la actualidad, existen alrededor de 4000 pigmentos de plantas conocidos en nuestros alimentos y cada grupo de colores representa diferentes fitoquímicos (eso ya te lo contamos en otro de nuestros artículos, puedes verlo aquí). Los fitoquímicos son sustancias que están relacionadas con distintas cualidades como la menor incidencia de cáncer, enfermedades coronarias, entre otras.
Ahora que ya sabes todo esto, checa las diferencias tanto en uso como en propiedades:
Manzanas rojas
Estas se encuentran en el grupo de los fitonutrientes rojos que contienen bastantes cantidades de licopeno, antocianinas y ácido elágico, sustancias que permiten una óptima nutrición y bienestar para el corazón, las células y la piel. A su vez, mejoran la inmunidad y ayudan a contrarrestar los efectos del estrés y cansancio.
Uso: Su pulpa es crujiente y ligeramente dulce, lo que la hace un gran complemento para usar en ensaladas y deliciosos smoothies. Eso sí, no son muy recomendables para preparaciones en las que haya que cocerlas, pues se dice que tienen matices anisados y al darles cocción, los sabores se pueden perder.
Manzanas amarillas
Este tipo de manzanas con un color muy cálido se relacionan con la protección contra algunos tipos de cáncer, ayudan a la salud ocular, contribuyen a la protección cardiovascular y del sistema inmune y contienen una gran cantidad de Vitamina C, los fitoquímicos carotenoides, luteína y terpenos.
Uso: Este tipo es bueno para compotar, es decir, para preparar mermeladas o salsas. Además, muchos las utilizan para preparar tartas o pies.
Manzanas verdes
Estas también se relacionan con la protección de algunos tipos de cánceres, ayudan al mantenimiento de nuestros huesos y dientes y aportan beneficios a la vista. Los polifenoles e isoflavonas que contienen son los fitoquímicos más conocidos. Es más, se presume que mientras más oscuro es el tono de verde, mayor contenido de sustancias protectoras puede contener.
Uso: Al igual que las rojas, estas son crujientes y jugosas, pero no son dulces sino ácidas, siendo excelentes para el consumo tanto para cocinar (sobre todo en ensaladas o salsas) como para comer crudas, tienen una textura más fuerte que la de otras manzanas.
Como verás, esta fruta que podemos ver casi todo el año, está llena de beneficios que además podemos elegir dependiendo de nuestras necesidades. Como te decíamos, además es bastante versátil, pues puedes incluirla en tu dieta y la de tu familia de muchas maneras, solo es cuestión de encontrar las mejores recetas, acompañadas de los elementos que más disfrutes.
No te pierdas de todas sus propiedades y vuélvete en un amante de la manzana, saboreando su increíble sabor y colores llamativos.
Fuentes: EcoSarga, La Vanguardia, Pulso