La quinua es el alimento andino por excelencia. Las orgullosas panojas (flores de la quinua) de diversos colores engalanan el paisaje del altiplano desde hace 5.000 años Antes de Cristo. Su consumo era un elemento sagrado del Incario que, además de su valor proteico y medicinal, servía como ofrenda, en fuente de oro, a Inti, Dios del Sol.
Hoy por hoy, la quinua sigue siendo tan valiosa como hace miles de años. ¿Por qué le dicen superalimento? Porque sus proteínas están dadas por 21 aminoácidos esenciales. Posee calcio, potasio, magnesio, fósforo. No tiene colesterol, no engorda, ya que es un alimento funcional, es decir, mejora la salud y reduce el riesgo de contraer enfermedades. No por nada los astronautas la han incluido en sus dietas en viajes de larga duración, ya que han catalogado a la quinua como uno de los alimentos más completos que existen en el reino vegetal.
Una vez más, Bolivia tiene mucho de que enorgullecerse, la quinua Real, la más demandada de las 17 variedades de quinua que crecen en el norte de Ecuador hasta nuestro país, se da únicamente en el Altiplano Sur de Bolivia debido a que está perfectamente adaptada a sus características extremas: un clima frío y seco (entre 200 y 400 mm. de lluvia anual), suelos salinos y elevadas altitudes (entre 3700 y 4200 m. sobre el nivel del mar).
Bolivia cuenta con la denominación de origen 100% boliviana de la Quinua Real del Altiplano avalada en 2014 por los países de la Comunidad Andina, conformada por Bolivia, Perú, Colombia y Ecuador. Es por esto que la quinua es el cultivo milenario más significativo de nuestro altiplano, vital para entender nuestra cultura gastronómica que se ha heredado de generación en generación hasta nuestros días.