El atún es uno de los alimentos más famosos debido a los nutrientes que contiene, pues es conocido como uno de los más pescados más completos nutricionalmente hablando. Este posee un alto contenido en minerales como el sodio, el potasio y el selenio y es rico en proteínas de alta calidad biológica. A su vez, aporta ácidos grasos omega 3, los cuales son beneficiosos para la salud cardiovascular y el organismo en general.
Al ser tan famoso, también es altamente consumido, sobre todo por deportistas o personas que realizan bastante actividad física, pero claro, también por cualquier otro tipo de personas. Si bien podemos encontrarlo fresco en diferentes partes del mundo, tiene también otra presentación bastante popular: enlatado, el cual es mucho más fácil de adquirir y aunque no lo creas, entre estos dos formatos existen diferencias nutricionales.
¿Cuál es mejor?
Para empezar, los alimentos frescos siempre son más recomendables que sus versiones procesadas, pues por cuestiones de conservación llevan compuestos añadidos que no son muy beneficiosos a largo plazo. En el atún fresco se destacan las proteínas de calidad y los ácidos grasos insaturados. Asimismo, es rico en minerales como el fósforo y el potasio y a diferencia del enlatado, consigue mantener todas sus vitaminas intactas.
Por su lado, el atún enlatado varía en propiedades según su tipo de conserva y la marca que lo produzca. El fresco apenas posee calorías y ácidos grasos insaturados, mientras que en los que vienen en conserva, las grasas varían de acuerdo al aceite en el cual se sumerge, por lo tanto, a pueden ser saturadas, pero también insaturadas (que aportarán aporta más proteínas y grasas omega 3) las que predominen.
Si hablamos de micronutrientes, se ha reconocido que el contenido de calcio y potasio que destaca en el atún fresco lastimosamente se reduce cuando este es enlatado y más bien se elevan las cantidades y aportes de sodio, pues para producirlo se agregan este tipo de aditivos, puede contener hasta siete veces más sal que el fresco. Por ello, el consumo recurrente del atún enlatado en personas que sufren de hipertensión no es muy recomendado.
El atún fresco es una de las mejores opciones para deportistas y personas que hagan ejercicio, pues si desean desarrollar o tonificar su sistema muscular, este será de gran ayuda al poseer más y aportar menos calorías, así como para aquellas que desean perder peso. Sin embargo, aunque algunos lleven menos proteínas, también los enlatados son un gran apoyo.
Por estas razones, podemos intuir que la mejor opción siempre sería el fresco para aprovechar todas las cualidades con las que cuenta. Sin embargo, aunque existan algunas diferencias, el consumo del atún en lata no está prohibido. Eso sí, este último debe ser medido y en lo preferible conservado en agua, pues si abusamos de él seguramente más que beneficiarnos (porque sigue conteniendo muchos nutrientes), lo que hará será perjudicar nuestra salud.
No obstante, si se escoges consumir atún en lata conservado en algún tipo de aceite, lo mejor será elegir aquel que sea aceite de oliva de la mayor calidad posible. Y si tienes acceso fácil a atún fresco, puedes alternar el consumo de estas dos versiones, con lo que conseguirás un buen equilibrio obteniendo lo mejor de cada uno.
Ambas son opciones, el secreto está en cómo las adecúas a tu dieta.
Y tú, ¿cuál consumes más?
Fuentes: Mia, El Español, Vitónica