La región andina lleva consigo un gran número de cultivos alimenticios que fueron domesticados por pueblos autóctonos hace miles de años, incluso mucho antes de la expansión de la civilización Inca. A través del tiempo, algunos de estos han adquirido importancia global, como la papa (te dejamos el reportaje aquí) y otros no son tan reconocidos, pero siguen alimentando a muchas familias en el territorio. Entre estos cultivos podemos reconocer frutales y granos y particularmente 9 especies de raíces y tubérculos que pertenecen a una familia botánica distinta.
Estas son usadas por los pobladores andinos rurales como parte de su alimentación y también de su cultura, y cabe resaltar que son especialmente importantes para la subsistencia de los agricultores más pobres. No obstante, están llenas de beneficios para la salud y características únicas en sus cultivos.
Te las mostramos:
Oca
Este es el segundo tubérculo más cultivado después de la papa. Su cultivo se caracteriza por ser robusto y resistente a las heladas, teniendo como resultado, tubérculos largos y cilíndricos que llevan desde el color blanco hasta el morado oscuro grisáceo. Estos son ricos en proteínas y contienen un buen balance de aminoácidos, fibra y antioxidantes.
En representaciones cerámicas podemos ver que la oca fue un alimento básico altamente reverenciado desde los tiempos precolombinos debido a su alto rendimiento, beneficios y sabor agradable, por lo que se hizo popular en sopas o guisos. La oca también suele consumirse horneada o asada y se acostumbra dejarla reposar en el sol para que se endulcen antes de cocinarse.
Arracacha
Tiene tres principales variedades de color amarillo, blanco y morado y es considerado un cultivo de alto valor comercial para los agricultores. Su pulpa es densa y su textura y sabor parecidos o incluso más ricos que la papa. Generalmente, se asa o hierve y se usa como acompañamiento en diferentes preparaciones.
La arracacha es un alimento importante en los Andes, pero definitivamente, ha tenido un mayor impacto en Brasil.
Maca
La maca es cultivada por encima de los 4,000 metros de altura, donde ningún otro cultivo ofrece rendimientos confiables. Su raíz se presenta en una amplia variedad de colores que van desde el amarillo y rojo blanquecino al negro y es reconocida por sus propiedades como ser un vigorizante mental y físico que ayuda a reducir el estrés, “fortalece el sistema inmunológico, equilibra los niveles hormonales, aumenta la libido sexual y la estamina, mejora la fertilidad masculina y ayuda a mitigar los efectos negativos de la menopausia en las mujeres”.
Su cultivo es muy resistente a heladas y temperaturas extremas y en cuanto al consumo, generalmente es hervida para mezclarse en jugos de fruta y leche para hacer batidos espesos o incluso licores y postres.
Yacón
Con una pulpa blanca o amarillenta transparente, esta raíz no es muy variable. Su nombre proviene de la palabra quechua yaku que hace referencia al alto contenido de agua de la raíz. Gracias a esta característica, se acostumbra a comerlo crudo. Su sabor es dulce y su pulpa jugosa, parecida a la de la manzana o sandía y se lo reconoce como bajo en calorías.
Esta raíz contiene oligofructosa, que se trata de un azúcar que no es metabolizado por el cuerpo humano. “Es el principal ingrediente usado para hacer jarabe para los pacientes diabéticos”. Por otra parte, sus hojas son usadas para preparar infusiones y pastillas para bajar el colesterol. En la región andina, el yacón es rallado y exprimido a través de una tela para preparar una bebida dulce y refrescante.
Ajipa
Esta raíz tiene una forma similar a un rábano, llevando una punta gruesa que se estrecha hacia el extremo y su planta se caracteriza por tener un sistema de raíces que captura nitrógeno de una manera muy eficiente. Asimismo, puede crecer sin fertilizantes de nitrógeno, cualidad que la hace perfecta para las necesidades de los pequeños agricultores.
Además, tiene poderes insecticidas al contener alcaloides de sus semillas y rotenona en sus hojas. Por otra parte, entre sus cualidades nutricionales, podemos destacar que son mayores con relación a otros cultivos de raíz sobre todo en cuento a proteínas y agua, resultando tener un almidón que es fácilmente digerible. Igualmente, es una fuente rica en potasio y vitamina C y K y se suele consumir cruda o en platillos a modo de acompañamiento.
Olluco
El olluco de los más reconocidos y comercializados en la región, pues es fácil de cultivar, resistente a las heladas y con resistencia moderada a la sequía. Sin embargo, su cultivo prefiere los suelos ricos en materia orgánica. Los tubérculos resultantes se presentan en una amplia variedad de colores y formas y por su alto contenido en agua, se cocina hervida sin remover su piel al ser tan delgada.
Los ollucos son ricos en proteínas, calcio y caroteno y sus hojas, sorprendentemente, puede aportar gran parte considerable de los requerimientos nutricionales diarios de un niño.
Mauka
Este alimento permaneció en la oscuridad hasta 1965 y fue redescubierta en una remota comunidad rural de Bolivia. Quizás es una de las más desapercibidas, pues hoy en día son pocos los campos que permanecen sembrados con mauka y tampoco se han llevado a cabo estudios científicos sobre su cultivo que se caracteriza por reproducirse fácilmente a través de semillas.
Eso sí, se sabe que es alta en proteínas, calcio y fósforo. Esta raíz es generalmente consumida después de varios días de exposición al sol para quitarle el sabor amargo con el que crece. ¡A veces, las raíces cosechadas se dejan en el suelo por una semana para concentrar su contenido de azúcar”.
Achira
También conocida como canna comestible o arruruz de Queensland, es un alimento de hace muchos años. Las raíces carnosas tradicionalmente son cocinadas en hornos de barro, pero también se trabajan para producir una harina almidonada que luego se convierte en parte de recetas como panes, galletas, bebidas y sopas.
“La raíz de la achira tiene los gránulos de almidón más grandes que se han llegado a determinar en un vegetal, visibles a simple vista”. Este almidón, proporciona una importante fuente de ingresos para las comunidades andinas, siendo incluso, el principal cultivo comercial de algunos pueblos.
Mashua
La mashua es uno de los tubérculos andinos con mayor productividad, alcanzando el resultado de hasta 70 toneladas por hectárea y como el anterior, es uno de los más fáciles de cultivar. Sus tubérculos tienen forma de cono y lo más natural es que sean de color blanco, amarillo, rojo o morado. Estos llevan consigo altos niveles de isotiocianatos y tienen propiedades insecticidas y medicinales, por lo que regularmente, es sembrada intercalada con otras plantas para usarse como una manera natural de repeler insectos y patógenos.
Entre sus propiedades también está ser un diurético natural y un remedio para dolencias renales o para prevenir enfermedades como el cáncer.
Ahora ya sabes un poco más sobre estos alimentos tan especiales. Al ser poco visibilizados existen pocos estudios que los han desarrollado, pero nosotros pudimos recolectar información confiable del Centro Internacional de la Papa (CIP), si quieres saber un poco más te invitamos a que revises sus investigaciones.
Eso sí, no nos podemos ir sin antes recordarte el gran valor de estos ingredientes que deben perdurar, pues son parte del patrimonio de nuestra región y dependen de nosotros para continuar. Si tienes la oportunidad, pruébalos, o mejor aún, añádelos a tu dieta, ellos van a proporcionarte muchos beneficios para tu salud.
Y a ti, ¿cuál te falta probar?
Fuentes: CIP, Instituto Nacional Autónomo de Investigaciones Agropecuarias (Ecuador)