Esta planta es originaria de la región asiática que se aprovecha mayormente para preparar diferentes platillos. Es más, uno de los platos principales de la comida vietnamita es un wok de tallarines con anís estrellado. No obstante, tradicionalmente se ha empleado como infusión o como potenciador de sabores y aromas en postres, pero también es muy reconocido por llevar consigo muchos otros atributos.
Este tiene un uso tanto medicinal como culinario y son de sabor y aroma dulces. Sus usos principales son en panadería, repostería, elaboración de licores y algunos platillos principales. Seguramente te has preguntado para qué sirve pues en el resto del mundo es un ingrediente poco común en la alacena. Sin embargo, te sorprendería el saber sobre sus beneficios:
Favorece el sistema digestivo
Este alimento tiene efecto sedante, antiespasmódico y carminativo que se utiliza para tratar diferentes problemas digestivos. En realidad, se recomienda su infusión para combatir gases, molestias, dolores intestinales, acidez, gastritis y otros problemas estomacales. Cabe resaltar que favorece la digestión y sus procesos gracias a un compuesto que tiene llamado atenol.
Combate gripes y resfríos
El anís tiene propiedades anti-bacterianas y anti-fúngicas que ayudan a aliviar la congestión y limpia las vías respiratorias. Nuevamente, la infusión es muy recomendada para personas con gripe o resfriadas. Es más, diversos jarabes y remedios se hacen a partir de esta planta.
Beneficia al sistema nervioso
Su mismo efecto sedante también es ideal para calmar los nervios, reducir los niveles de estrés que pueden producirse, y la neurastenia, un trastorno neurótico que se caracteriza por manifestarse a través de un cansancio inexplicable luego de actividades psíquicas o físicas.
Tiene acción diurética
Una investigación realizada por la Universidad Americana de Beirut en el Líbano, reveló que el aceite de anís tiene un efecto antidiurético. Consumir anís de esta manera entonces, ayuda al cuerpo a deshacerse de toxinas y productos de desechos en nuestro organismo.
Protege nuestra piel
El anís es rico en aceites volátiles que poseen propiedades anti-sépticas y anti-bacterianas que benefician la salud de la piel. Incluso, se solía aplicar en cortes y contusiones como un remedio natural para evitar infecciones.
Contribuye a la salud del sistema respiratorio
Gracias a sus propiedades antiiflamatorias y expectorantes, su consumo ayuda a liberar los bronquios de fluidos que los perjudican, por lo que es perfecto para tratar casos de tos, bronquitis, asma, o gripe.
Incrementa la absorción de la glucosa
En la misma investigación de la Universidad Americana de Beirut, se descubrió que el aceite a base de anís ayuda a mejorar los niveles de glucosa en el cuerpo, por lo que se podría suponer que resulta beneficioso para las personas con diabetes tipo 2, pues estas tienen problemas para absorber el azúcar en la sangre.
Es un increíble antioxidante
Debido a la presencia de linalol y vitamina C en el anís, consumirlo representa absorber una gran cantidad de antioxidantes que nos ayudan a proteger a nuestro cuerpo contra el daño celular provocado por la exposición a los radicales libres y las toxinas ambientales.
Estos radicales libres pueden causar envejecimiento prematuro e incrementar el riesgo de enfermedades graves como el cáncer o enfermedades del corazón.
Ayuda a conciliar el sueño
Las propiedades sedantes naturales del anís también ayudan en la reducción de los trastornos del sueño, pues estos producen relajación en el cerebro. Sin embargo, debemos avisar que el aceite se debe utilizar en forma muy leve, ya que puede causar efectos secundarios en altas concentraciones.
Como ves, este ingrediente es muy poderoso y puede ayudarnos a proteger a nuestro organismo. Sin embargo, es importante recordarte que su consumo en cualquier forma debe ser moderado para evitar algún tipo de efecto adverso y más bien aprovechar sus cualidades.
Y tú, ¿cómo consumes anís?
Fuentes: La Vanguardia, La Red 21, Minerva Foods, Lifeder