El amaranto es un pseudocereal con muchas cualidades ampliamente utilizado en la cocina. De hecho, es uno de los cultivos más antiguos de la región andina y probablemente de la humanidad, los vestigios arqueológicos encontrados en tumbas de la región se remontan al año 4000 a.C.
Los mayas, incas y aztecas dedicaron amplios territorios a su cultivo, pues ya conocían sus bondades. Incluso, en algunas de sus ceremonias sagradas, mezclaban este ingrediente con miel y formaban figuras de deidades. Si hablamos de amaranto debemos decir que gracias a su composición nutricional, ha sido considerado como uno de los 36 vegetales con mayor potencial alimenticio para la humanidad, todo debido a su riqueza en minerales y proteínas, pero también por su resistencia a la sequía y su gran rendimiento agrícola.
El amaranto, además, es una excelente fuente de aminoácidos, muy útil para agrandar el consumo de proteínas de origen vegetal y obtener al mismo tiempo muchos otros valiosos nutrientes. Entre los mismos tipos de alimentos, el amaranto ocupa una posición destacada: con un 13,6% aporta casi el doble de proteínas que el arroz integral y supera al trigo (11,4%), por decir algunos.
Sabiendo todo esto, ahora queremos mostrarte algunos de sus beneficios más destacables:
Ayuda a controlar la tensión arterial y los altos niveles de colesterol
Este alimento posee acción diurética gracias a su contenido en calcio, potasio y fibra, por lo que favorece el control de la tensión arterial. Asimismo, al llevar omega-3 y esteroles vegetales ayuda a regular los niveles de colesterol, reduciendo el colesterol malo LDL y aumentado el bueno HDL, así como los triglicéridos en la sangre. Todo esto, también tomando en cuenta su alto poder antioxidante, se convierte en un ingrediente muy recomendable para prevenir enfermedades cardiovasculares.
Cuida nuestra salud intestinal
El amaranto lleva consigo una gran cantidad de fibra, la cual puede ayudarnos a tener una buena digestión al provocar una fácil y rápida asimilación de los alimentos. Además, estas cantidades de fibra pueden ayudar a que de forma natural el intestino realice sin esfuerzo su evacuación, lo que instantáneamente reduce nuestra sensación de hinchazón y evita el estreñimiento.
Es ideal durante el embarazo y lactancia
Muchos lo recomiendan para esta etapa de la vida de la mujer, pues su alto contenido en proteína de alta calidad, calcio, ácido fólico y otras vitaminas y minerales, cubre muchas de las necesidades que se dan en este ciclo. Por otra parte, su aporte de omega-3 favorece el desarrollo intelectual del bebé y al ayudar al control de los niveles de azúcar en sangre y de la tensión arterial, su consumo previene la diabetes gestacional y la hipertensión que se presentan comúnmente en el embarazo.
Contribuye en la prevención de enfermedades neurodegenerativas
Gracias al ácido fólico del que ya te hablábamos, el amaranto ayuda a evitar la aparición de algunos padecimientos neurodegenerativos. Asimismo, contribuye en la salud de nuestra vista, una de los más beneficiadas tomando en cuenta el impacto que estas enfermedades pueden ocasionar.
Combate el insomnio y la depresión
Este cereal pues ayudar a combatir la depresión o el bajo estado de ánimo gracias a su contenido en triptófano, un precursor de la serotonina, el cual es un neurotransmisor que se encuentra reducido en estados depresivos. Asimismo, es precursor de la melatonina, la hormona inductora del sueño.
Es una gran fuente de nutrientes
Como te decíamos, el amaranto contiene muchos minerales esenciales para nuestra salud, estos pueden ser, el zinc, fósforo, magnesio, calcio y muchos más. Además, tiene una extensa composición de vitaminas, donde el más destacado es el grupo B, al igual que diferentes antioxidantes que son muy importantes en la eliminación de los radicales libres que afectan con frecuencia nuestro sistema.
Protege los tejidos del cuerpo
Al ser una buena fuente de proteína vegetal, el amaranto cuida y repara de manera eficaz nuestros tejidos orgánicos, lo cual incluye por su composición, los diversos tejidos oculares que son parte del órgano más sensible del ser humano y el más expuesto y afectado ante enfermedades con el pasar del tiempo.
Es un buen snack saciante
Resulta ser un gran recurso para incrementar la saciedad de la dieta, pues puede ser un reemplazo de arroz o pastas más nutritivo al usarse como buena fuente de fibra y proteínas, las cuales calman el hambre y el apetito con mayor facilidad sin ofrecer demasiadas calorías.
Produce energía sana sin gluten
El componente principal del amaranto son los hidratos de carbono (en un 59%), de los cuales, la gran mayoría se encuentran en forma de almidón sin venir acompañados de gluten como sucede en otros cereales. Debemos destacar, además, que como el índice glucémico es bajo también lo pueden consumir personas diabéticas.
Previene la osteoporosis
Nuestros huesos se vuelven débiles y pueden aparecer problemas como la osteoporosis por el deterioro natural del cuerpo. El amaranto, en este caso, contiene calcio, el cual está involucrado con el fortalecimiento y prevención de la desmineralización de los huesos, por lo que añadir este alimento a la dieta puede ayudar a prevenir la osteoporosis y aumentar la resistencia ósea.
¿Quedaste sorprendido? Apostamos a que sí. No esperes más y añade este gran alimento a tu menú diario o cuando puedas hacerlo, no te vas a arrepentir, más bien recibirás todas sus bondades al máximo, cuidando tu salud y la de tu familia.
Y tú, ¿ya consumías amaranto?
Fuentes: Rosalandia, Cuerpomente, Vitónica