La caña de azúcar es una planta bastante requerida en el mundo y sometida a distintos tipos de proceso a lo largo de los años para ser utilizada en nuestro país y otros lugares del mundo como un dulce aperitivo, una bebida o el azúcar que todos conocemos. Los tallos son los elegidos para cumplir estas labores, pues ahí se alberga todo el sabor de la planta.
Para extraer el jugo producto de las ramificaciones, en la historia se han utilizado diferentes instrumentos como: las maquinillas, que son molinos caseros de acción manual; los trapiches y los ingenios. En esta ocasión queremos hablarte más a profundidad sobre el trapiche, puesto que este se continúa utilizando en comunidades de la región oriental.
Este instrumento, utilizado desde la época preindustrial, empleó energía de fuerza animal en compañía de otros aparatos para moler la caña que utilizaron energía hidráulica o la generada por una máquina de vapor. Ahora se sigue utilizando este primer método, pero en otras regiones del mundo también se aplica la eléctrica.
Se trata de un molino con el cual se obtiene el jugo de la caña, así como ser parte del proceso para fabricar azúcar y chancaca. Este se implementó en regiones de Sud, Centro y Norte América desde hace muchos años.
El mismo “se compone de una serie de molinos compuestos por tres rodillos surcados que prensan la caña de azúcar previamente desmenuzada y extraen su jugo”. Este jugo puede ser consumido tal cual o posteriormente ser concentrado y cocido con el fin de obtener la cristalización del azúcar. A parte de ello, también quedan residuos llamados bagazo, el cual se suele usar como combustible para máquinas o como materia prima para la elaboración de papel.
Hoy en día, el uso de trapiches a manera de estaciones móviles para el proceso del jugo de caña se ha vuelto muy popular, como es también en nuestro país. Para ello, el proceso ha sido adaptado al comercio y necesidades los comerciantes, tanto así que a veces es manejado solo por una sola persona en las calles para resultar en una bebida refrescante al paso.
Así, este instrumento se ha convertido en una obra artesanal manejable y de fácil transporte e instalación, favoreciendo directamente a la economía del pueblo.
¿Alguna vez viste un trapiche? Seguramente si te paseas por localidades del Oriente podrás encontrarte con uno de ellos y maravillarte con el reflejo de la gran historia gastronómica de la que somos parte, además de disfrutar de un refrescante jugo de caña.
Y tú, ¿te animarías a probarlo?
Fuente: Junta de Andalucía, Historia General De Los Hechos De Los Castellanos En Las Islas Itierra Firme Del Mar Oceano: Decada Segunda, RAE