Cero desperdicio: 8 recetas para aprovechar todo lo bueno de las arvejas

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Las arvejas son legumbres bien establecidas en la gastronomía de casi todo el mundo. Con textura muy suave y un color verde brillante, estas pepitas encerradas en una cáscara del mismo color, pueden conseguirse congeladas, enlatadas, secas o frescas, y las recetas en las que se las incorpora son realmente variadas: desde ensaladas y guisos hasta sopas y tartas, entre otros muchos otras preparaciones.

Además, encierran varios beneficios que corresponden también a su gran aporte energético. Eso sí, es muy diferente si se trata de arvejas frescas o secas. Las frescas aportan 74 kilocalorías cada 100 gramos, mientras que las secas 320 kilocalorías cada 100 gramos. No te asustes, este aporte calórico responde a la presencia de hidratos de carbono y proteínas al tener un bajo contenido en grasa.

Además, no son las únicas en poseer cualidades, tanto la cáscara como las bolitas por dentro tienen los siguientes beneficios:

  • Tienen un gran contenido de proteínas, carbohidratos, fibra, vitaminas, minerales y son bajas en grasa.
  • Son ricas en los dos tipos de fibras: insoluble y soluble, la primera contribuye al buen funcionamiento intestinal, favorece a la digestión y puede ayudar a eliminar grasas saturadas del organismo y a evitar el estreñimiento. Por su parte, la segunda, ayuda a reducir los niveles elevados de colesterol y azúcar en la sangre que pueden presentarse.
  • Gracias a su contenido en hidratos de carbono, las arvejas aportan energía al cuerpo al hacer que su absorción sea más lenta y la glucosa dure más tiempo en la sangre.
  • Son ricas en vitamina B1, sustancia importante para la producción de energía.
  • Contiene vitaminas del complejo B y fósforo, compuestos que favorecen nuestra función nerviosa.
  • Tienen altas cantidades de hierro, por lo que favorecen la producción de glóbulos rojos, algo positivo para tratar o evitar la anemia.
  • Tienen antioxidantes que combaten los radicales libres contra el daño de las células, previniendo así enfermedades degenerativos o el envejecimiento prematuro.
  • La fibra y el potasio con los que cuentan, regulan los niveles de colesterol, triglicéridos y presión arterial, aportando para un corazón saludable y evitando complicaciones cardiovasculares.
  • La vitamina K que contiene es importante para ayudar en procesos como la coagulación de la sangre y el fortalecimiento de los huesos.

Ahora que conoces todo lo que pueden aportar en tu organismo, es hora de que las proveches, incluso a esa cáscara que sueles desechar. Te presentamos estas deliciosas opciones:

¡No te quedes sin probar estas recetas, te llevarás doble premio: sabor y salud!

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