Empanadas blanqueadas de lacayote: uno de los más ricos tesoros chapacos

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Las empanadas blanqueadas son un tipo de masas típicas bolivianas que se consumen en las regiones vallunas y orientales de Bolivia. Una de las ventas más tradicionales de este producto se encuentra en la esquina de las calles General Trigo y Fray Manuel Mingo, donde las vendedoras de masitas se ubican alrededor de la iglesia de San Roque.

La mayoría de las mujeres que venden estos productos tradicionales en la esquina de la mencionada iglesia, han estado en el lugar por más de 30 años. Aunque los mismos no son originarios de Latinoamérica, se cree que los conocimientos sobre su preparación llegaron con los españoles, quienes lo aprendieron de los árabes, y estos a su vez, de los persas.

Tarija ha estado siempre muy relacionada con el noroeste argentino, por lo que no es sorprendente que estos platos hayan circulado entre la gente que por allí transitaba, migraba o se exiliaba. Allá también se preparan empanaditas de lacayote o “lampaganas” blanqueadas con merengue y que son tradicionales de las fiestas religiosas. 

No obstante, la tradición popular sostiene que las auténticas pertenecen a la localidad de Padcaya, en Tarija. Los ingredientes para la masa son harina, huevos, azúcar, manteca y dulce de lacayote para el relleno.

Foto: Verdad con Tinta

En el pasado, se preparaban para ciertos acontecimientos especiales y se compartía en familia, no se producía para su comercialización. Se elaboraban para fiestas patronales como San Roque o para Todos Santos. Sin embargo, con el tiempo se hizo más popular y más requerida por quienes la probaron por primera vez, lo que llevó a muchas familias a comenzar a elaborarla con fines comerciales.

Preparación

La preparación del lacayote es un paso crucial para la elaboración de la empanada blanqueada. Se debe dejar solear un día como mínimo y después partirlo por la mitad para meterlo al horno hasta que dore, sin sacarle las pepas. Una vez que esté dorado, se despega el lacayote de su cáscara con un tenedor y se pone en una olla. Se agrega azúcar granulado, en cantidades iguales de fruta y azúcar, y se añade canela, clavo de olor, pasas y nueces.

Por otra parte, la empanada se diferencia de otras masitas por su proceso de cocción en horno a leña. La preparación de la masa incluye la mezcla de huevos, azúcar y leche en un recipiente amplio, para obtener una textura compacta. 

El proceso de blanqueado, que cubre la parte superior, se realiza con la clara del huevo, mezclada con azúcar y unas gotas de limón. Se bate hasta conseguir un punto nieve y casi duro para lograr una textura suave y fresca. La elaboración es un trabajo arduo que puede durar todo un día, dependiendo de la cantidad de empanadas que se quieran producir.

Las vendedoras suelen untarlas con el merengue blanco al momento de consumirlas. Esto les otorga una textura aún más suave y fresca y representa un ritual que forma parte de la experiencia de comer esta deliciosa masita, pero en otros lugares, las empanadas ya vienen con la cubierta endurecida, lo que no impide que sigan siendo una opción popular para los amantes de los postres.

Además, se suelen acompañar con refrescos hervidos o un delicioso café, y son un postre típico de media mañana. Junto con el relleno de papa, son una opción popular para disfrutar en cualquier momento del día. Lo que resulta invariable y no puede cuestionarse es la sensación única de mancharse la boca y quedar con las manos melosas en cada mordisco que se le da a una fresca empanada blanqueada.

“Hace 33 años todo era diferente en cuanto los precios de los insumos y del mismo producto, por ejemplo en ese momento la empanada costaba 40 centavos y conforme pasó el tiempo fue subiendo de precio hasta llegar a su costo actual que es 2 bolivianos”, remarcó una de las caseras más antiguas de empanadas al medio La Voz de Tarija.

Sin duda alguna, se trata de uno de los tesoros más queridos dentro de la gastronomía tarijeña, pero también nacional, guardando en su historia vestigios de las preparaciones heredadas gracias a nuestros ancestros, un manjar que no te puedes perder en tu próxima vista a “la Chura”. 

Foto de portada: A.C. Turismo

Fuentes: Comidas Bolivianas, Recetas de Bolivia, Verdad con Tinta, Tesoros Bolivianos, La Voz de Tarija, Sabores de Bolivia, El País

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