Trucha, tradición gastronómica saludable

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La trucha, aunque no es originalmente boliviana, se aclimató a la cuenca del lago Titicaca y hoy forma parte de una tradición gastronómica de este lugar y de Bolivia. Nada mejor que disfrutar un fresca y deliciosa trucha en los mercados y restaurantes de Copacabana, Tiquina o Huarina, con precios y recetas variadas para disfrutar sin importar el bolsillo.

La crianza de trucha se ha convertido en un importante motor de la economía local de las orillas de la cuenca del lago Titicaca, y se constituye en una opción interesante para evitar la migración del campo a la ciudad, y ha trascendido a otros municipios como el de Pongo en los Yungas paceños o a criaderos experimentales en El Alto.

Gracias a la trucha igualmente, se han generado múltiples negocios gastronómicos, y una amplia oferta de truchas a la romana, tomatada, a la mantequilla o simplemente frita, con chuño, mote, papa y caya como acompañamientos andinos. Caseras de mandiles blancos y gorros pequeños, ofrecen este manjar en los mercados de las orillas del lago Titicaca, y han también innovado con el producto ofreciendo por ejemplo la trucha a la diabla, con chorrellana y locoto “capaz de revivir a un muerto”.

Un alimento versátil

La trucha también ha llegado a la alta cocina y a varios restaurantes de La Paz, formando parte de la carta en formas gourmet como el tartar de trucha o en presentaciones más tradicionales. Y para cocinarla en casa, nada mejor que madrugar y visitar el mercado de los pescados frescos cerca a la zona del Cementerio.

La trucha además de deliciosa, es un tipo de pescado muy favorable para la salud ya que son especialmente ricas en ácidos grasos omega 3, que ayudan a prevenir enfermedades cardiovasculares y a reducir la hipertensión y el colesterol.

 

Articulo realizado en colaboración con MIGA Bolivia

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