4. Tartaletas saladas de mora
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Definitivamente, las dudas sobre la diferencia entre la huminta y el tamal han sido tema de conversación entre los bolivianos, pues parecen ser tan similares que se puede llegar a confundirlos. Sin embargo, estos platillos llevan diferencias, mínimas, pero diferencias al fin, pues existen algunos detalles en su sabor y su modo de preparación que las hacen únicos y sobre todo, deliciosos.
El Banco de Alimentos trata de una organización sin fines de lucro que lleva años contribuyendo a la lucha contra el desperdicio de alimentos en distintas partes del mundo. En nuestro país se inició en 2018 en manos de estudiantes de la Universidad del Valle en Cochabamba y hasta el día de hoy trabaja con mucha fuerza y voluntad para ayudar al planeta y a los habitantes que más lo necesitan.
El zapallo es un vegetal muy rico y versátil además de beneficioso, pues aunque no lo creas, cada una de sus partes contiene cualidades saludables y lo mejor, son todas comestibles. Tan solo la pulpa contiene hasta un 24,5% de proteínas, ácidos grasos, minerales, aminoácidos esenciales, cucurbitita y ácido cucúrbico. Además, tiene propiedades antiinflamatorias, emolientes y antiparasitarias. ¿Increíble, ¿no?
La flor de Jamaica es originaria un ingrediente originario de África, sin embargo, se ha expandido por todo el mundo debido a sus beneficios y cualidades que van desde su sabor hasta sus propiedades curativas. En Bolivia, esta flor lleva siendo cultivada entre los años 80 y 90 y con el tiempo se la ha valorado mucho, intensificando sus cultivos.
El mondongo es un platillo boliviano que conocemos por ser típico de la región chuquisaqueña. Con un sabor delicioso, consta de un tipo de caldo con mote de maíz cocido, piel de chancho y ahogado que acompañan a la carne de chancho.