La sandía, este fruto refrescante, dulce y sabroso, está de temporada en nuestro país y qué mejor que provechar también de sus beneficios. Y es que no es solo la pulpa la que contiene cualidades positivas para quien la consuma, sino también la cáscara y semillas totalmente comestibles que solemos botar a la basura sin prestarles atención alguna.
Chécalos parte por parte:
Cáscara
- Reduce la aparición de arrugas y el deterioro del organismo producido por los radicales libres al ser un gran antioxidante.
- Tiene altas cantidades de vitaminas A y C y licopeno.
- Tiene propiedades antibióticas y antiinflamatorias.
- Contiene citrulina, sustancia que favorece a los niveles óptimos de arginina, la cual ayuda a las arterias a mantenerse en plena forma y conservan su elasticidad, lo que significa que pueden transportar la sangre de manera correcta.
- Mejora la calidad del sueño.
- Contiene vitamina B6, imprescindible para sintetizar el magnesio y la dopamina, sustancias ideales para comenzar el día con energía.
Pulpa
- Tiene un gran potencial diurético al estar compuesta prácticamente por agua y, además, aporta pocas calorías.
- Es recomendable para realizar dietas para bajar de peso.
- Es rica en citrulina, sustancia que al convertirse en un aminoácido llamado arginina, protege el corazón, el aparato circulatorio y el sistema inmunitario.
- Es un alimento perfecto para mantener un buen estado de hidratación.
- Contribuye a la regulación del tránsito intestinal y los problemas digestivos.
- Ayuda a prevenir las infecciones.
- Favorece a la eliminación de toxinas, ya que es altamente depurativa.
- Tiene una elevada presencia de potasio y vitamina A.
- Es un alimento rico en vitamina C y en otros minerales como el calcio, el fósforo y el magnesio.
Semillas
- Tienen propiedades diuréticas y depurativas.
- Contienen mucha fibra, lo que favorece el tránsito intestinal y mejora la digestión.
- Son ricas en proteínas vegetales como la arginina que ayuda a la regulación de la presión arterial.
- Son buenas para proteger y reforzar nuestras defensas gracias a su riqueza en hierro y en cinc.
- Contienen varios minerales como el magnesio, que ayuda a controlar la presión sanguínea.
- Son efectivas para regular el nivel de azúcar en sangre ya que contribuyen a la correcta metabolización de los hidratos de carbono.
- Tienen un alto poder antioxidante.
- Son ricas en grasas poliinsaturadas y ácidos grasos omega-6, lo que las hace buenas para reducir el colesterol.
Ahora que conoces sus beneficios, te ofrecemos diversas recetas para que las aproveches al máximo:
¿Ya se te antojaron?