Una planta alta, cuyo tallo puede llegar a medir hasta 50 centímetros, con hojas delgadas, es una de las estrellas de la gastronomía boliviana. Esta hierba de crecimiento salvaje e intensa fragancia es nativa de Los Andes; también es conocida como wacataya o huacatay, que viene del vocablo quechua “wakatay” y quiere decir “flor maravilla”.
Su uso medicinal fue reconocido desde tiempos remotos en la cultura incaica, donde se la utilizaba para combatir catarros y bronquitis, algo que todavía se sigue haciendo. También ayuda al proceso digestivo, en las comidas o como infusión.
Tiene un aroma y un sabor potente, con similitudes a albahaca, menta, estragón y limón que ha conquistado a otros países latinoamericanos y ha invadido cocinas europeas. Es utilizada para preparar salsas y condimentar carnes. En Bolivia, es un ingrediente esencial para la “llajua” e imprescindible para el Queso humacha.
Su aroma emblemático y penetrante se está haciendo presente en los últimos años en cocteles y ensaladas, en hojas secas o frescas o cremas con ají.