¡No la botes!: ¿Por qué es importante comer tarwi con cáscara?

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El tarwi, chuchusmuti o chocho es una leguminosa de origen andino que se produce en la mayoría de países que componen esta región. Se trata de un súper alimento bastante reconocido y valorado, sobre todo, por su increíble composición de proteínas que se combinan con una variedad de otros nutrientes beneficiosos para nuestra salud. 

De hecho, de acuerdo con la tabla de composición de alimentos para uso en América Latina, se señaló que el tarwi contiene aproximadamente un 44,3%, posicionándose incluso delante de la soja, que contiene un 33,4%. 

Este alimento nativo se cultiva entre los 2.000 a 4.000 metros de altura y se consume con mucha regularidad en ciertos territorios (aunque todavía debe ser revalorizado en otros) sobre todo de manera natural. En algunas culturas, se ingiere con todo y cáscara, pero en algunas otras no.

Esta cáscara, delgada y casi transparente, se convierte entonces en un residuo personal y hasta agroindustrial, pero lo que muchos no saben es que esta cuenta con excelentes propiedades nutricionales que no han sido utilizadas y quedan como un desecho, siendo incluso más relevantes que la parte que recubre.

De acuerdo con diversos estudios, consumir los granos de tarwi enteros puede ayudarnos a producir efectos preventivos y terapéuticos para combatir diferentes enfermedades, más que nada gracias a la fibra dietética que contiene, la cual trabaja como un regulador intestinal, así como de aquellas patologías relacionadas con el Síndrome Metabólico.

A esto se le añade una gran concentración de ácidos grasos poliinsaturados como el Oleico, Linoleico y Linolénico, mientras que los ácidos grasos saturados se encuentran en menor proporción. Estos últimos son esenciales para nuestro organismo, pues “cumplen varias funciones como: proteger al sistema cardiovascular,   tienen   efecto   antitumoral,   son   precursores   para   la   formación   de prostaglandinas,   hormonas   importantes   en   el   control   de   la   tensión arterial   y funcionamiento  de  las  plaquetas,  ayudan  al  correcto  funcionamiento  del  cerebro  y  la estimulación    de    las    conexiones    neuronales,    protegen    la    retina,    tiene    poder antiinflamatorio y anticoagulante”. 

Por si esto fuera poco, uno de los fuertes de la cáscara del tarwi es la cantidad de calcio que lleva consigo, que es fundamental en la formación y preservación de los huesos. Te dejamos otros datos igual de importantes sobre sus cualidades:

  • Una taza de tarwi puede aportar al cuerpo 26 gramos de proteínas que ayudan al desarrollo y crecimiento de muchas células, acelera la reparación de tejidos y contribuye al sistema inmunológico.
  • Es una excelente fuente de vitaminas B1, B2, B3, B6, B9 (ácido fólico) y Vitamina C, además de contener todos los aminoácidos esenciales.
  • Tiene una importante concentración de fósforo, el cual ayuda a la mantención del sistema óseo, actividad del corazón y a la producción de energía.

Tal vez hemos perdido todas estas cualidades por costumbre, pero nunca es tarde para cambiar esos detalles que nos pueden hacer muy bien al organismo. Así que ya lo sabes, no es necesario convertir en desperdicio algo tan excepcional. 

Y tú, ¿cómo consumes tarwi?

Fuentes: Rodas Espinoza, S. L., Marcatoma Tixi, J. A., Calderón, A. del R. C., & Cuadrado, L. Caracterización de la harina de cáscara de chocho (Lupinus mutabilisSweet) para aplicaciones    agroindustriales    y    medicinales, Agro Ingeniero

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