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Detalles
Raciones
4 personas
Tiempo de preparación
40 minutos
Ingredientes
3 tazas de almidón de yuca 300 g.
250 g. de queso mozzarella, chaqueño o fresco (que derrita)
2 cucharadas de mantequilla
1 huevo grande
¼ de taza de leche 60 ml
1 cucharadita de polvo de hornear
Sal al gusto
Direcciones
- Precaliente el horno a 150°C/300°F. Forre una bandeja con papel encerado, o cúbrala con una fina capa de mantequilla, y harina. Ralle el queso mozzarella por la parte más gruesa del rallador de queso. Reserve.
Disponga un bol de mezclas grande, y vierta dentro de él la mantequilla derretida, el huevo, la leche y la pizca de sal. Pruebe el queso primero y ajuste la cantidad de sal en función del contenido de sal del queso. Mezcle con una cuchara. - Seguidamente agregue el almidón tamizado con el polvo de hornear. Incorpórelo en tandas, poco a poco para evitar que se formen grumos. Revuelva con una paleta de cocina hasta que todas las partículas de almidón estén correctamente hidratadas.
- Vierta el queso por encima; y a amasar.
Amase hasta obtener una mezcla homogénea, de consistencia suave y agradable. La masa se debe despegar fácilmente de sus manos, y del bol. Si considera que la masa está muy seca, agregue una cucharadita de leche, en caso contrario, espolvoree con un poco de almidón hasta obtener la consistencia deseada. - Divida la masa en nueve a diez porciones de tamaño similar. Forme las bolitas y póngalas sobre la bandeja, dejando unos tres centímetros de espacio entre una y otra porque crecen un poco.
Llévelos al horno por veinte a veinticinco minutos a 150°C/300°F hasta que estén totalmente doraditos. Retírelos del horno, y disfrútelos calientes. Puede agregar un poco de mermelada, o mantequilla, yo los comí solos con café porque también son perfectos así sin nada.
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