La frutilla es un ingrediente infaltable, que por siglos ha representado la dulzura de los postres y especialidades de repostería. Son la debilidad de grandes y chicos, dulce, jugosa y podríamos describirla como la reina de las frutas y la protagonista de los antojos pero, por sobre todo, la frutilla posee propiedades antioxidantes que ayudan a prevenir
el cáncer y enfermedades del corazón.
Un reciente estudio realizado por Hispanic Food Communications Inc. de Calirfornia, revela que incorporar al consumo diario la frutilla, previene el riesgo de contraer enfermedades del corazón ya que posee grandes proporciones en ácido fólico, vitamina C, fibra y potasio. Además la frutilla es un fruto muy favorable para la producción ya que puede crecer todo el año, llegando a cosechar los frutos hasta dos ó tres veces por semana.
La frutilla sin duda es vital para la pastelería o jugos pero también ha incursionado en la alta cocina, como el complemento ácido y dulce favorito para acompañar platos frescos, ensaladas y como salsas que acompañan algunos tipos de carne.
Bolivia
En Bolivia, esta deliciosa fruta es propia de climas cálidos. Apetitosas frutillas adornan fruteros de los Yungas Paceños y también de las áreas cálidas de Cochabamba, y por supuesto en Santa Cruz, donde se encuentra Comarapa, el principal productor en Bolivia del “oro rojo”, como lo llaman sus habitantes.