La lúcuma es un fruto procedente de los valles andinos desde la época preincaica. De hecho, se dice que las evidencias más antiguas de su uso datan de los 8600 a. C. a 5600 a. C. Actualmente, esta crece de manera silvestre en Bolivia, Perú, Ecuador y Chile en regiones específicas que llegan a una altitud entre los 1,000 y 3,000 msnm, ya sean frías o cálidas.
El fruto, lo que conocemos como lúcuma o también “lucma”, tiene una forma cónica y parecida a la de un corazón en su representación gráfica y puede pesar desde 100 gramos hasta un kilo. Su cáscara tiene un tono verde metálico y brillante que se va convirtiendo en amarillo a medida que madura, parecida al color de la pulpa que lleva su interior (que a su vez envuelve una semilla mediana y marrón).
También se le atribuyen increíbles cualidades nutricionales y de sabor, por lo que era considerada “oro” para las culturas antiguas. Entre estas se destaca la fibra, antioxidantes, vitaminas como las del complejo B, A y C, y minerales como el hierro y potasio. Esta, además, es bastante versátil, pues puede consumirse la pulpa fresca, que lleva un sabor delicioso, apto para incluirlo en preparaciones de repostería, heladería, batidos, etc. Además, esta se puede procesar hasta conseguir un puré, pero también usarla como una harina, proceso al cual también es sometida, lo que la hace menos perecedera.
Para que lo compruebes tú mismo, hoy te dejamos algunas recetas con las que puedes disfrutarla:
Seguramente se te antojó más de una, así que no dudes en preparar alguna de ellas y añadir nuevas recetas a tu lista.
Y a ti, ¿cuál te gustó más?